El domingo comienza en Jerez el mundial de motociclismo 2006, y tú debes sentirte extraño. El año pasado por estas fechas todo eran agasajos, entrevistas y portadas en diarios deportivos, pero hoy todo es distinto. Rotativos, televisión y rádio, en lo poco que se acuerdan de las motos, menos mencionan tu nombre. Has pasado de ser el héroe que se codeaba con el invencible Valentino, al veterano olvidado que poco pinta a la sombra de los nuevos valores. Supongo que el destino no ha creído suficiente el otorgarte una temporada aciaga (la pasada), para ahora dar a otros el protagonismo y los titulares. Es injusto. Muy injusto para alguien que se ha ganado todo lo que tiene a golpe de esfuerzo y tesón. Alguien que fue escalando humildemente bajo los consejos de un abuelo célebre, que creció en los circuitos a la sombra de los Aspar, Alzamora o Crivillé. Alguién que logró demostrar al mundo que se podía batir al mismísimo Mike Doohan (El más grande) a lomos de un "pequeña" Honda bicilíndrica. Y el único capaz hasta ahora (con permiso de algunos fogonazos del intermitente Max Biaggi) de tratar de tú a tú a "Il Dottore" en un circuito. Por todo eso y más te mereces un respeto.
Es cierto que todo el país está pendiente del fenómeno Pedrosa. Y es normal. Tú que le conoces bien sabes el genio que lleva dentro y que es muy capaz de ser campeón también en la máxima categoría. Pero a ti aún te quedan muchas cosas que decir. Ha sido un invierno difícil, pero ilusionante a la vez. Por primera vez en tu carrera profesional te has bajado de una Honda para subirte a otra moto. El rendimiento de tu nueva Ducati es, de momento, una incógnita. Pero tu trabajo y el del equipo en pretemporada debe de ser un estímulo para empezar la temporada con la moral bien alta. Sabemos muy bien que, en principio, la Yamaha de Rossi o la Honda de Dani son más potentes que tu "caballo", y que a Valentino le sobra genialidad y a Pedrosa clase y cálculo. Pero a los que te seguimos y te admiramos no se nos olvida que a ti te sobra casta y pelea, y eso nos ilusiona. Puede ser que nunca llegues a ser Campeón del Mundo de Moto GP, ni ocupes páginas y páginas de prensa, pero para los buenos aficionados, verte sobre el asfalto siempre será un orgullo, un estímulo y un placer. Por todo ello no decaigas y haz ver a todos que el gran Sete ha vuelto. ¡Mucha suerte, campeón!
1 comentario:
Amen...
Ojalá no sólo Sete tenga la suerte que la temporada pasada el destino le robó, sino que lo que popularmente llamamos "las motos" sea esta temporada algo con lo que podamos vibrar, que haya intriga, emoción, lucha, en definitiva, que haya campeonato... No le deseo caidas a "Il Dottore" pero que ojalá tenga rivales este año, competir sólo es aburrido...
Saludos desde el levante español.
Un abrazo campeón.
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