El Balonmano español vive su época dorada

Ayer mismo aterrizó en barajas la selección española de balonmano con la medalla de plata colgada al cuello. Es cierto que lo que traen de Suiza no es el oro conseguido en el último Mundial o en el anterior Europeo, pero es quizás algo más importante. Es la confirmación del balonmano español en la élite mundial, no sólo a nivel de clubes (algo ya de sobra demostrado en los últimos 15 años), sino también a nivel de selecciones.
A pesar del buen papel internacional que siempre ofrecían los clubes españoles como el Atlético de Madrid, el Barcelona, el Cantabria o el Bidasoa, los resultados del combinado nacional nunca satisfacían completamente las aspiraciones con las que aquellos nos hacían soñar.

Tuvimos que esperar a mediados de los noventa para por fin degustar el sabor de las medallas. Como todos recordamos, fue en los Juegos Olímpicos de Atlanta donde el combinado nacional, liderado por los Masip, Guijosa, Urdangarín, Garralda o Lozano, dió el zarpazo definitivo. Ya hace una década de aquello y muchos fueron los pesimistas que creían que el cambio de generación iba a cortar esa progresión que nuestro handball vivía desde los noventa. Pero quien nos iba a decir que a los héroes de Atlanta les iba a suceder una genración de jóvenes magníficos, capaces de crear un bloque temible. Y es que los Barrufet, Romero, García, Entrerríos, Rocas, Davis, etc. no son sólo un puñado de buenos jugadores, sino que son un auténtico equipo.

Gracias por hacernos disfrutar y que sigan así muchos años.
Salud.