jueves, abril 20, 2006

You're simply the best

No me canso de verlo: recibe pasado el medio campo, le encara Gatusso, protege de espaldas con el cuerpo, mira de reojo por encima del hombro y pone a la media vuelta un balón mágico para que Giuly la estrelle de espléndido zurdazo contra el fondo de la red de Dida. La explosión: 0-1 y París a la vuelta de la esquina. Y no es casualidad. Retrocedamos un año y acordémonos del cuarto partido de la primera ronda de la Champions en el Camp Nou. Minuto 88 de juego y similares protagonistas: cabalga hacia el área rossonera, le encaran Gatusso y Seedorf, amaga a la derecha, arranca en crack a la izquierda, ve el hueco y se saca un trallazo de zurda que limpia la escuadra de Dida. La locura: 2-1 y venganza de la injusta derrota de San Siro.
Si fuera música sería pura samba y su fuera una canción, la que Tina Turner gritaba desde el alma: "you're simply the best". Es Ronaldinho Gaucho y es, sin discusión, el mejor jugador del mundo. Y no porque lo diga la FIFA, la UEFA o "France Football", sino porque todos lo vemos. Ronaldinho no regatea, baila. Ronaldinho no compite, se divierte. Ronaldinho no grita, ríe. Ronaldinho no hace fútbol, hace magia.
Hace un par de semanas el periodista Jesús Quintero le preguntaba en una entrevista al delantero centro del F.C. Barcelona Samuel Etoo, "¿Qué tiene Ronaldinho que no tengan los demás?. El siempre clarividente camerunés, miró a los ojos del "Loco", sonrió y dijo: "magia". Y se explicó: "Ronie es el único jugador del planeta capaz de pensar algo y hacerlo, sin importarle el qué". Si quiere dar un pase con la espalda, lo hará, si quiere controlar en carrera con la parte superior del hombro, lo hará, si quiere hacer un sombrero al mejor defensa de Europa, lo hará... y así la lista podría ser interminable. Joga Bonito.
El Barça este año es una máquina bien engrasada y que, en buena parte de la temporada, ha ofrecido un espectáculo de fútbol ofensivo que no se veía en España y Europa desde hacía mucho tiempo. La plantilla es profunda y competitiva, la defensa más segura de lo que la tradición culé dictaba, el centro del campo una mezcla de entrega y fantasía y la delantera una rápida máquina de generar ocasiones. Además, en el banquillo hay un hombre que ha sabido dirigir ese vestuario, encauzar la plaga de lesiones sufridas y saber lidiar con la tremenda juventud del plantel blaugrana. Pero todo esto no sería lo mismo sin Ronaldinho. El brasileiro le da a todo ese conjunto de buen fútbol un toque diferente, desequilibrante, emocionante, imprevisible, alegre, mágico... La respuesta está en que si pensamos en los momentos más brillantes de el gran Barça de los últimos tiempos, estos van irremediablemente ligados a Ronaldinho: Partidazos en la Champions 2005 contra Milan y Chelsea (inolvidable el golazo pendular que le clavó a Petter Cezh en Stamford Bridge), recital blaugrana en el Bernabeu, apisonadora barcelonista contra el Chelsea en octavos de este año o la ya mencionada "frivolité" del martes en Milano. No queremos ni imaginar la que puede liar en el Mundial con compañeros como Kaká o Adriano. Y encima, si la cosa va bien nos veremos con ellos en los cuartos. En fin, si nos hace una de estas nos tocará lo que al resto: disfrutar y aplaudir, porque Ronie es, simplemente, el mejor.

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