jueves, mayo 25, 2006

Sangre

La sangre no suele ser señal de algo bueno. Y lo de esta semana no ha sido una excepción. Sangre de deportistas y sangre del deporte. En resumen, que el ciclismo se muere... se desangra.
Como es de sobra sabido, el martes comenzó en Madrid la que es hasta el momento la mayor operación contra el dopaje que ha vivido nuestro país, y ya era hora. Como no paramos de escuchar estos días, ya estaban los periodistas españoles hartos de soportar en carreras ciclistas los chascarrillos de sus colegas europeos sobre el paraíso de doping y delincuencia que era nuestro país. Lo peor es que tenían razón, pues inexplicablemente España es el único país de la élite deportiva europea donde el dopaje todavía no es delito. Parece que por poco tiempo, pero la realidad está ahí. Hoy, periódicos como L'Equipe (abanderado en la lucha criminal contra el dopaje) se congratulaban de la reacción española ante una evidencia que, aunque tardía, empieza a poner las cosas en su sitio. Y es que la cosa promete, pues al parecer, la lista de implicados puede ser realmente de impresión. Seguiremos la ya denominada "operación puerto" con atención, pero detengámonos un momento ha hablar de la situación del ciclismo.
Lo primero que hemos de decir, aunque parezca una banalidad, es que no existe absolutamente ningún aficionado al deporte de las dos ruedas al que le sorprendiera la noticia de la red de tráfico de sangre y sustancias ligada al ciclismo profesional. Y eso, señores, es muy significativo.
Hace unos meses me lamentaba en este blog del caso Roberto Heras y me planteba la necesidad de una reflexión a gran escala, a la vez que me ilusionaba con la posibilidad (y necesidad) de que un mito como Heras pudiera empezar a tirar de la manta. Pero nada, otra vez silencio. Grandes corredores como Pantani, Simoni, Frigo, Belli, Casagrande, Virenque, Museeuw, Hamilton, Ulrich, Santi Pérez, etc. han sido "cazados" en controles y siempre lo mismo: el silencio. Sólo un cilcista se ha atrevido ha hablar claro en los últimos tiempos, el español Manzano, y así le ha ido: marginado por sus compañeros, obviado por los medios y prácticamente cojo de una pierna. ¡Basta ya de este pacto de silencio absurdo!
Ayer en el Giro algunos corredores como Basso o Ulrich se hacían de nuevo los suecos al ser preguntados por el caso Sainz, con declaraciones como "queremos un deporte limpio y hay que hacer justicia" o "yo no tengo nada que ver con ellos. Hay que castigar a los tramposos". Siempre lo mismo, mirando para otro lado y pidiendo limpieza con la boca pequeña. Pero igual ha pasado hasta ahora en los medios de comunicación. Cada vez que surgía un escándalo o un positivo se hablaba de "caso aislado" y de "seguir luchando por la limpieza del deporte". Limpieza, limpieza; si fuera tan limpio no habría esta clase de pactos de silencio. ¿Por qué nadie de dentro del pelotón denuncia el uso de sustancias prohibidas por parte de ningún equipo? ¿Por ignorancia? Es realmente improbable. Y es que normalmente los pactos de silencio se hacen para tapar grandes mentiras y, lamentablemente, parece que el ciclismo actual es una gran mentira.
La verdad es que da un pena grandísima tener que hablar de todo esto. Y más si amas a un deporte tan bello como éste. Pero los aficionados hemos de ser los primeros en romper con esa hipocresía. Cuando surge un positivo escandaloso como el de Pantani o el de Heras, la primera reacción es una grandísima decepción. Pero pronto nos olvidamos de ella, buscamos un nuevo ídolo y tratamos de disfrutrar de un deporte que nos gusta. Claramente somos los primeros en no darle la importancia que se merece y de manifestarnos en favor de nuestro ídolo cuando lo "cazan", en lugar de condenar la acción y buscar culpables. Hemos de aprender: ese tipo de reacción no ayuda ni a nuestros ídolos (no les va a devolver sus victorias y su carrera) ni a nuestro deporte. Sino que la mejor manera de ayudarnos a todos es no volver a girar la cara ante estas evidencias. Destapemos la verdad, aunque nos duela (nos va a doler y mucho), a ver si algún día podemos disfrutar de un ciclismo limpio y de verdad, aunque Valverde tarde tres horas en subir el Tourmalet, como lo hiciera en otros tiempos un tal Fausto Coppi.

No hay comentarios: