Marsellesa en Do menor

Menudo fin de semana: Jan Ullrich vence en la Vuelta a Suiza y afila cuchillos para el Tour, Valentino empieza a poner las cosas en su sitio en Montmeló en una carrera de locos, Unicaja se afianza en la final de la ACB y D.Wade lleva a los Heat a acariciar el codiciado anillo de la NBA. Pero todo eso, señores, está en un segundo plano. El Mundial de fútbol está en plena efervescencia y en el ámbito deportivo no se habla de otra cosa. Y es que ¡cómo han empezado las cosas por Alemania! Sólo se han jugado los primeros partidos y ya hay sensaciones para todos los gustos; La euforia es para Argentina, dos victorias de dos en el grupo de la muerte y la última con goleada, cracks y jugadas de ensueño . La revelación es para Ecuador, con un fútbol alegre, vistoso y efectivo: que se prepare Alemania. La ilusión es para España, goleada bonita y tiempo para soñar: a ver si dentro de un rato sigue la racha contra Túnez. El sinsabor es para Brasil, vence andando pero aún no llegan la samba y el espectáculo. La incertidumbre para Italia y República Checa, que tras empezar brillante pincharon a la segunda y se la jugarán a cara o cruz en el último match del grupo. Y la amargura para Francia. No se puede empezar más triste un Mundial de fútbol, y menos con los maravillosos jugadores que tiene.

El partido de ayer ante Corea volvió a evidenciar algo que puede ser la nota importante de este Mundial. Y es que el panorama futbolístico parece estar viviendo un palpable cambio de generación. Probablemente este sea el momento en que los Robben, Cristiano Ronaldo, Rooney, Gilardino, Toni, Torres, Swensteigger (o como se diga), Messi, Robinho, etc. tomen el relevo definitivo de una gran generación de futbolistas que, ya en la treintena y con todo conseguido, han de ceder su sitio a las nuevas generaciones. Quizás el mejor ejemplo de todo ello es la selección francesa donde, salvo grandiosas excepciones como la de Ribery (que gran jugador, por cierto), el grueso del equipo lo componen estrellas como los Zidane, Thuram, Henry, Barthez... cuyos días de mayor gloria y juventud quedaron escritos en el Mundial 98 y la Eurocopa 2000 con brillantísimos títulos. Ellos siguen siendo realmente buenos con el balón en los pies, pero, además de la forma física en algunos casos, empieza a notárseles sobremanera la falta de ambición, de "hambre" de gestas. Ayer dominaron el partido de principio a fin, pero dando una sensación de conformismo que hizo que la mayoría de teleespectadores deseáramos que Corea diera un escarmiento a los del pírrico 1-0. Pensemos sinceramente, ¿Qué hambre de triunfo va a tener Zidane, por ejemplo, que con su cumplida treintena ha sido Campeón del Mundo, Campeón de la Eurocopa, Campeón de Europa, Campeón Intercontinental, Campeón de tres ligas diferentes, ganador del Balón de Oro y FIFA World Player dos años consecutivos?

De todas formas, y aunque todo eso sea evidente, en balompié la calidad es la calidad y al equipo que la tiene nunca hay que darle por muerto. Si Suiza gana hoy, es muy posible que el empate con Corea en la última jornada deje fuera a los franceses, pero una goleada de éstos a Togo podría colocarles como segundos de grupo. En ese caso empezaríamos a comernos las palabras y a temblar. Están viejos, pero ante España Zidanes sigue siendo Zidane, Henry sigue siendo Henry y ya nos la hicieron una vez. ¿Alguién se acuerda del penalty de Raúl?

Seguiremos informando.